martes, 26 de junio de 2007

Tinieblas Chepe

· 5 Opiniones

Si alguno de ustedes tuvo la oportunidad de andar por Chepe Centro la noche del pasado 19 de abril después de las 8 de la noche, como dicen por ahí, probablemente "la vio fea".
Total nunca se supo de quién fue la culpa, si del transformador que voló en mil pedazos, o de los ovnis, o fue un complot, o la Madre Teresa. Y poco importa ya, si al mejor estilo tico, la mayoría ni se acuerda, pero este peatón si lo tiene bien presente.
Imaginen mis estimados lectores, que el centro de Chepe ya tiene zonas "peatonalmente inseguras" en las noches debido a que la falta de iluminación es cómplice perfecta de los hampones (aunque la palabra les queda grande) para cometer toda clase de fechorías contra algún(a) despistado(a) que se le ocurra la brillante idea de pasar caminando por "sus dominios". Ahora tome esta zona oscura, y extiéndala por toda la ciudad gracias al bello apagón nacional, y obtendrá la mezcla perfecta de presa, falta de semáforos, paradas de buses abarrotadas, gente tirándose a media calle, esquinas repletas de gente que pretendía (en sus sueños) conseguir un taxi, y desde luego, los asaltantes y carteristas que no desaprovecharon la oportunidad para hacer su agosto en pleno abril.
Debo admitir que las cuatro cuadras que tuve que caminar esa noche por la avenida segunda no fueron para nada placenteras. Todo lo contrario. Y debo admitir también que topé con la suerte de que mi parada de buses estaba cerca. No quiero imaginar las congojas que pasaron los pobres peatones que tuvieron que ir a buscar su autobús a los alrededores de la plaza de las Garantías Sociales, Parque Central, La Merced, paradas de Tibás, Alajuelita y otras similares.
Mi solidaridad con los que no corrieron con la misma buena suerte que yo.

¿Alguien más la vio fea esa noche? Espero sus comentarios.


miércoles, 20 de junio de 2007

Viajando en Sauna

· 10 Opiniones

A todos nos ha pasado, y en estas épocas del año la experiencia se vuelve más frecuente.
Bajo el más torrencial de los aguaceros toca caminar medio Chepe para abordar el bus que nos llevará "pronto" a nuestro destino. Luego de hacer 20 minutos de fila con el diluvio a todo dar, finalmente ingresamos a nuestro transporte.
Si tenemos mucha suerte, nos tocará ir sentados, con el pantalón mojado de las rodillas para abajo y el paraguas o sombrilla entre las patas. Si lleva salveque o algún tipo de bolso o similares, irá en los regazos. Si vamos de pie, ni modo, a aguantar las vueltas y correrse para atrás, coolaboramos siguiendo la doble filita.
Casualmente en estas ocasiones el chofer parece tener una capacidad extraordinaria para meter dentro del bus en promedio unas 10 o 15 personas más de la capacidad supuestamente autorizada.
Cuando la nave arranca con las escobillas en turbo empieza la verdadera diversión. La respiración acelerada y caliente de 65 personas en un bus con puertas y ventanas cerradas para que no se meta el agua inicia su maravilloso proceso de condensación en todas las ventanas, las cuales desde luego empiezan a sudar. Por allá alguna parejilla cursi se escribe mensajitos con los dedos sobre el vidrio empañado, otro limpiará con la mano o la manga de la camisa para poder ver para afuera. Los demás nada más sentimos los grados celsios subir a 26, luego 27, 28, 29...
Una gota de sudor baja por la frente, luego otras 40. Si no fuera tan apretado me quitaría la chaqueta que traía puesta cuando me monté en la lata. Todo mundo se vuelve a ver con esa mirada semi-indiferente. Vuelven a ver las ventanas como suplicando que sea alguien más quien abra aunque sea una. Pero no sucede. Una ventana abierta con delicioso y refrescante aire frío significa también chorros de agua cayendo sobre alguien más.
Tras unos 30 minutos en la presa que también suelen generar las lluvias tropicales de nuestra Tiquicia, llega el momento cúspide del Sauna-Bus, donde, al mejor estilo de los anuncios de televisión, ya he perdido dos tallas, y decido que me vale un pito el vecino, y a como puedo me quito la chaqueta. Se refresca un poco pero el alivio dura si acaso 5 minutos.
Finalmente tras 45 o 60 minutos de viaje, llegamos a mi parada, donde hago malabares y acrobacias para pasar en medio de la gente que colaboró siguiendo hacia atrás. 2 minutos después estoy fuera del bus. Caliente y sudoroso expuesto a la lluvia y el aire frío, con las piernas empapadas y sin chaqueta. De un bus a 28°C a un exterior de 19°C en menos de 20 segundos.

Y luego preguntan que por qué ando resfriado.


PD. Buenas noticias... estamos estrenando dominio! Ahora pueden ingresar a leer las crónicas de este peatón en www.chepecentro.com :)

miércoles, 13 de junio de 2007

Marito Mortadela

· 32 Opiniones


Ññññññññeeeeeeeeeeee!!!!!! Ññññññññeeeeeeeeeeee!!!!!! Ññññññññeeeeeeeeeeee!!!!!! clin-clin-clin-clin-clin-clin-clin
La guitarrita suena en un ritmo casi constante acompañada por su canto inentendible... Trata de decir algo, pero lo único que se entiende es un "ñññeeeeeeee" que repite todo el día en su pedacito de acera en la Avenida Central.
Es Marito Mortadela. Quien no lo conozca, es porque nunca pasa por Chepe. Es uno de esos personajes de todos los días que uno ve al pasar. Sería un crimen dedicar este blog a hablar de Chepe Centro y no mencionar siquiera al querido Marito Mortadela.
Es un personaje divertido, incluso querido por la gente. Absolutamente inofensivo e introvertido, vive en su mundo, cantando una canción que sólo él conoce.
Pero pocos saben algo de él, más allá de verlo todos los días serenateando a la ciudad.
Su nombre es Mario Bolaños Quirós, nació en 1948, vive en Los Cuadros, Guadalupe, y su historia es más bien triste.
Si bien se acerca a los 60 años, su edad emocional es de 14 años. Al parecer, cuando tenía esa edad fue que murió su madre, hecho que él nunca superó, y se quedó estancado, como varado en el tiempo. Actualmente vive con su hermana y tiene más de 40 años de pedir limosna en las calles. Asegura que le canta a su mamá que está en el cielo.
Antes pasaba en las aceras de las paradas de los buses a Guadalupe, sobre la avenida tercera, pero eventualmente se mudó a la Avenida Central, donde es fácil encontrarlo siempre sentado, hecho un puño, en los bajos de la Librería Lehman o de la Tienda Carrión. Rara vez se sienta en otro lado. Llega todos los días cerca de las 9 o 10 de la mañana y se va como a las 7 u 8 de la noche. Saluda a quienes le hablan, aunque dice poco en realidad. A veces la gente lo molesta o le juega bromas, incluso algunos chapulines inescrupulosos le roban sus pocas monedas, pero los vendedores de lotería y periódicos que están cerca lo defienden.
Entre tanto, Marito sigue en su mundo, donde solo existen él, su balde blanco y su guitarrita.
Si pasa por ahí, regálele una moneda de vez en cuando.

jueves, 7 de junio de 2007

Ciudad de Nadie

· 4 Opiniones

Leímos hace algunos días en los medios un reportaje que nos cuenta que Chepe ha sido tomado por indigentes y ladrones. Curioso que la gente lea esto y se escandalice.
Chepe Centro hace rato es un lugar de cuidado, donde uno debe tener ojos en la nuca para poder caminar por ciertos lugares. En general toda la zona al norte del Mercado Central hasta llegar al Museo de los Niños (antigua "peni" que tanta falta nos haces) es cuna de maleantes, piedreros y los clásicos borrachitos.
La foto adjunta la tomé un lunes poco después de las 8 de la mañana en la zona llamada "el refuego" en avenida 1era entre calles 8 y 10.
Nuestro alcalde, "Juanito" Araya, asegura en su entrevista que todo se va a solucionar con los nuevos boulevares. Este respetable caballero responde en todas las entrevistas que la solución a todo es "peatonizar" más calles y avenidas.
Al mejor estilo de Santo Tomás: "ver para creer"... Mientras tanto, evite pasar por ahí, y si tiene que hacerlo, vaya acompañado(a) y agarre bien la bolsa. :)

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