Cuando usted y yo andamos por las calles de Chepe Centro, tenemos dos opciones: Nos vamos como gente civilizada por las aceras, o nos tiramos a la calle en medio de los carros. Después de todo, cualquiera sabe que en Chepe las calles son en todo lado de dos carriles, y que uno de esos dos carriles es para carros que están parqueados o para buses haciendo parada, y el carril que queda es para la presa, por lo que como los carros avanzan despacio, podemos ir tranquilamente por media calle. No se recomienda esta práctica en absoluto, pero como decía mi abuelo, usted se la juega y sabe lo que hace!
Pero cuando la acera en sí es una amenaza, ahí sí que no hay excusa y tirarse a media calle es la única alternativa!
Si bien corresponde al dueño de una propiedad mantener la acera frente a la misma en buen estado, es obligación del gobierno local, en este caso la municipalidad, velar por que esto se cumpla.
Pero como en nuestra querida Tiquicia es más fácil pegarse los chances dos viernes seguidos, que ver a las municipalidades hacer su trabajo, y no arreglan ni siquiera los huecos en las calles (con el impuesto a los combustibles, marchamos, etc), de momento seguiremos tropezándonos, cayéndonos, caminando por la calle, o viendo estos hermosos cráteres peatonales llenarse de agua cuando llueve para despues meter la pata y llegar a la choza con un pie empapado y el otro seco.
¡Que agüevazón!
Pero cuando la acera en sí es una amenaza, ahí sí que no hay excusa y tirarse a media calle es la única alternativa!
Si bien corresponde al dueño de una propiedad mantener la acera frente a la misma en buen estado, es obligación del gobierno local, en este caso la municipalidad, velar por que esto se cumpla.
Pero como en nuestra querida Tiquicia es más fácil pegarse los chances dos viernes seguidos, que ver a las municipalidades hacer su trabajo, y no arreglan ni siquiera los huecos en las calles (con el impuesto a los combustibles, marchamos, etc), de momento seguiremos tropezándonos, cayéndonos, caminando por la calle, o viendo estos hermosos cráteres peatonales llenarse de agua cuando llueve para despues meter la pata y llegar a la choza con un pie empapado y el otro seco.
¡Que agüevazón!